viernes, 10 de septiembre de 2010

Fuera de clase

40.000 alumnos quedan cada año fuera de la FP por falta de plazas







Miles de alumnos, unos 40.000 calculan los expertos, se quedan cada año sin plaza para hacer un ciclo medio de Formación Profesional (FP). Algunos optan por desplazarse a un instituto distinto, quizá lejano, y otros cambian los estudios elegidos por una segunda opción -si no hay sanitario, pues administrativo-, pero los más abandonan definitivamente. Así se va agrandando el agujero más preocupante del sistema educativo español: la escasez de titulados medios para desempeñar diferentes oficios. Y sin título de ninguna clase, el desempleo también se hace más grande.

Con la FP se ha chocado un Gobierno tras otro. Son los estudios que más nos diferencian con Europa. La población (hasta los 24 años) que tiene estudios de FP es un 38% mientras que la media de la OCDE alcanza el 44%, y la de la UE un 52%. La OCDE ha destacado en su último informe este déficit español, que lastra el mercado laboral. El Gobierno está creando vías para que los alumnos encaminen su formación hacia esos estudios. Y se les conmina insistentemente a que no desprecien esta opción, imprescindible para encontrar un trabajo. Pero una plaza de FP puede ser muy cara. No es lo mismo un puesto para aprender mecánica, o sonido, que uno de administrativo, para el que basta un ordenador y el profesor, reconocen en el Ministerio de Educación.

Las comunidades todavía no han concluido las cualificaciones profesionales que necesita su tejido empresarial -capataces de riego, fresadores, lo que sea- y, por tanto, Educación no acaba de definir los títulos, que al final serán unos 140. La buena noticia, después de más de una década de retraso, es que para junio estarán las cualificaciones, según Educación. Y para diciembre, dicen, habrá 100 títulos del nuevo católogo. Y se han destinado 40 millones para proyectos de movilidad para estos estudiantes.

Mientras tanto, aproximadamente a los 19 años, hartos de repetir muchos de ellos, un 30% de los alumnos dice adiós a las aulas para siempre. Es lo que se llama abandono educativo temprano, que en España alcanza ese porcentaje casi insoportable, 17 puntos por encima de la media europea. Hay un 12% de alumnos que acaba la edad obligatoria de permanencia en el instituto, 16 años, o la edad máxima, 18, sin su título básico. De ahí al 30% que no sigue estudiando hay un 18% que sería rescatable, pero salen tan achicharrados del instituto, fracaso tras fracaso, que a pesar de obtener su título, es casi imposible que quieran seguir en el pupitre. Además, los que titulan se ven ya con 18 años y quieren ponerse a trabajar

Y en estas llegó la crisis y se acabó el trabajo. Muchos alumnos han optado por seguir estudiando, la matrícula de FP de grado medio se ha incrementado este año en más de 10.000 plazas, hasta sumar 281.787 alumnos que se prevén para este curso. Pero unos 40.000 no encontrarán plaza en primera opción, que para estos chicos, más desmotivados, es tanto como decir que se quedarán sin estudiar. Y todo ello a pesar de los múltiples llamamientos que se hacen desde siempre a los alumnos para que se matriculen en FP, de las muchas campañas que se han puesto en marcha para sacar de la mala fama a estos estudios, que antaño se veían como la salida de los torpes. Saber el número exacto, tanto en un caso como en otro es casi imposible, porque las comunidades no suelen facilitar esos datos.

El número de alumnos que se matricula en FP de grado medio no ha dejado de crecer en esta década en toda España. Una alta matrícula en las enseñanzas posobligatorias es siempre característica de los países más avanzados. En España, eso se observa también por comunidades. Las de mayor tejido industrial, al norte, tienen mayores tasas de matriculados. Sobresalen Cataluña, País Vasco, Cantabria, Asturias, entre otras. Y es destacable el esfuerzo de la Comunidad Valenciana en la última década, con un incremento en la tasa bruta de acceso a la FP del 208%, lo que arroja una cifra de un 30% de alumnos de 16 a 19 años, aproximadamente, que se matriculan en esas enseñanzas respecto a su población total de 16 años: así se halla la tasa bruta. Sorprende, al otro lado, Madrid, que siendo una comunidad rica muestra la tasa más baja de matriculados y su esfuerzo por incrementarla no ha sido tampoco reseñable. Tanto es así que su buen número de bachilleres no compensa el número global de matriculados en estas enseñanzas medias.

A pesar de ello, han de crecer las plazas de FP, tanto de grado medio como superior, para alcanzar los niveles europeos.

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